Reino de Mallorca

Introducción

Estado incorporado en 1276 por Jaime I el Conquistador a la Corona de Aragón y legado en su testamento a su hijo Jaime. Ante la oposición de Pedro III, que creyó excesivas las donaciones de su padre, Jaime II se reconoció feudatario de los reyes de Aragón. Posteriormente, se alió con el rey de Francia y el papa para luchar contra su hermano Pedro. En virtud del tratado de Tarascón (1291), el reino pasó a manos del rey de Aragón, pero más tarde, por la paz de Agnani, volvió a reinar Jaime II. A su muerte (1311) le sucedió su hijo Sancho, quien mantuvo buenas relaciones con Jaime II de Aragón. Al reclamar éste sus derechos a la sucesión del reino mallorquín, por falta de descendencia de Sancho, se provocó una tensa situación entre ambos reinos. Finalmente quedó como heredero Jaime III el Desdichado. Tras ser proclamado rey de Aragón, Pedro IV el Ceremonioso acusó injustamente al monarca de Mallorca y lo declaró rebelde, lo que le permitió seguidamente la conquista de la isla (1343). Desde Francia, Jaime III mandó a sus tropas contra el rey aragonés para recuperar su reino, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Llucmajor (1349). A partir de entonces el reino quedó incorporado definitivamente a la Corona de Aragón, a pesar de que el hijo de Jaime III siguiera titulándose rey de Mallorca. El reino mallorquín, como feudatario del de Aragón, no podía tener Cortes propias, y sus reyes debían acudir a las de Cataluña.

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