Los trabajos de Persiles y Segismunda: 64

Los trabajos de Persiles y SegismundaLibro Tercero Capítulo XVIII de Miguel de Cervantes y Saavedra Tercer Libro Capítulo Diez y Ocho En esto estaban, cuando entró por la puerta del mesón un hombre, cuya larga y blanca barba más de ochenta años le daba de edad; venía vestido ni como peregrino, ni como religioso, puesto que lo uno y lo otro parecía; traía la cabeza descubierta, rasa y calva en el medio, y por los lados, luengas y blanquísimas canas le pendían; sustentaba el agobiado cuerpo sobre un retorcido cayado que de báculo le servía. En efeto, todo él y todas las partes representaban un venerable anciano digno de todo respeto, al cual apenas hubo visto la dueña del mesón, cuando, hincándose ante él de rodillas, le dijo: -Contaré yo este día, padre Soldino, entre los venturosos de mi vida, pues he merecido verte en mi casa: que nunca vienes a ella sino para bien mío. Y, volviéndose a los circunstantes, prosiguió diciendo: -Este montón de nieve y...

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