Lawrence de Arabia

Varias fueron las tentativas previas para llevar al cine las aventuras en el desierto de T. E. Lawrence, al que se conocía como “el rey sin corona de Arabia”. El 12 de diciembre de 1934 la productora cinematográfica londinense de Alexander Korda firmó un acuerdo con los administradores de los derechos de la obra Rebelión en el desierto –versión abreviada de Los siete pilares de la sabiduría–, el lugarteniente-coronel Robert Vere Buxton y el honorable Edward Eliot, para tener la exclusividad mundial de llevar al cine la historia de Lawrence de Arabia. El americano John Monk Saunders, autor del guión de Alas (1927) y otros dramas sobre la I Guerra Mundial, recibió el encargo de escribir el guión, pero, entre tanto, Lawrence cambió de opinión y negó el permiso para que se rodara ninguna película sobre él mientras estuviera vivo. Su muerte en mayo de 1935 a causa de un accidente de motocicleta hizo que los administradores de su obra retomaran el proyecto de llevar al cine su vida y se encargó un nuevo guión –Saunders terminó el suyo el 28 de septiembre de 1935– a Miles Malleson, quien lo finalizó en diciembre de 1936. El guión no obtuvo la aprobación de la Oficina de censura Británica a causa de las duras objeciones del Gobierno de Turquía; esto, añadido a los continuos conflictos que había en Palestina, lugar elegido para el rodaje del filme y dificultades económicas forzaron a Korda a abandonar el proyecto, 25 años después lo retomaron el productor Sam Spiegel y el director David Lean, quien con grandes medios técnicos realizó una superproducción muy académica –rodada en Marruecos, España y Jordania– en la que dibuja un ambiguo retrato de Lawrence, a medio camino entre el hombre extraordinario y el ordinario, cargado de emoción y sin apenas crítica.