Literatura hispanoárabe

Emirato (711-929; 92-317 Hégira)

Los primeros balbuceos de esta literatura datan ya de los comienzos de la invasión árabe en la península Ibérica. Aunque los iniciadores de la conquista eran gentes más avezadas en la lucha que en el cultivo literario, no es de extrañar que entre ellos hubiera algunos que sintieran inclinaciones poéticas y compusieran versos. Pasados unos años, el 755 (138 H.), ‘Abd al-Rahman I, el emir que gustaba de hacer poesías, establecerá la escisión política con Oriente, instaurando un emirato omeya independiente del califato abbasí. Pero la ruptura no supuso el fin de las relaciones con aquella parte del mundo musulmán, lugar de origen, además, de la dinastía. Cuantos estudiosos andaluces deseaban perfeccionar sus conocimientos en materia religiosa o en ciencias profanas, habían de acudir forzosamente a la fuente oriental, por cuyo motivo los viajes culturales fueron incesantes. El mismo precepto religioso que impone a todo musulmán la obligación de visitar La Meca una vez en la vida, coadyuvó también a mantener siempre vivo en al-Ándalus el contacto con Oriente.

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