América española

Introducción

Se constituyeron como entidades que, desde el punto de vista histórico, cultural, institucional y social, adquirieron peculiaridades marcadas, que no reproducían los modelos castellanos (o, más generalmente, europeos) ni eran una simple prolongación de las condiciones previas al Descubrimiento. En América existían grandes pueblos y civilizaciones (mayas, aztecas, incas, chibchas, por citar únicamente las principales), y principios de organización social y económica de largo arraigo. Los españoles eran, a su vez, portadores de una civilización en la cumbre de su realización histórica: la del Renacimiento europeo, enriquecido por la pujanza de una nación en plena vitalidad creadora. En América no se produjo la mera absorción de una cultura por la otra: el mestizaje étnico no es más que la manifestación más patente de un cruce de civilizaciones que, unas veces pacífico y otras violento, se produjo en todos los órdenes de la existencia. Con la presencia española América se incorporó de súbito, y plenamente, al mundo moderno. Pero las antiguas culturas nativas irrumpieron también en el lenguaje, en las costumbres y en las instituciones de los españoles. El resultado sería, realmente, un Nuevo Mundo.

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